Hace un año y nueve días, Guillermo Lasso ganaba la segunda vuelta electoral frente a Andrés Arauz. Hoy enfrenta un momento crítico, en el que debe maniobrar entre la oposición de la Asamblea y el descontento por temas como inseguridad, salud y acusaciones de un pacto con el correísmo.
El 20 de septiembre de 2021, el Consejo Nacional de Planificación aprobó el Plan de Creación de Oportunidades 2021-2025. Allí se incluyeron ejes como el económico, social, ecológico, de seguridad e institucional.
Al acercarse a su primer año de gobierno, Lasso todavía no logra enrumbar su proyecto político. Actualmente enfrenta no solo una pugna con el Legislativo, sino también un descontento respecto de sus ofrecimientos
en seguridad, género y respuestas a gremios como los maestros y los trabajadores.
Escenario complicado
Una de las preocupaciones actualmente es la inseguridad. Hechos como el registrado el lunes pasado en Ibarra, cuando un hombre fue asesinado frente a su hijo tras un asalto, aumentaron las críticas y los pedidos de acciones urgentes.
En el Plan de Desarrollo, hasta 2025 el Gobierno se plantea disminuir la tasa de homicidios intencionales de 106 a 100, por cada 1 000 000 de habitantes. Ayer, 19 de abril de 2022, el ministro del Interior, Patricio Carrillo, reveló que las cifras en esa materia no son alentadoras.
En una entrevista en Radio Pichincha, puntualizó que lo registrado durante el primer cuatrimestre del año se acerca a lo ocurrido en todo el 2020. Desde enero pasado hasta la fecha se han reportado 1 180 muertos.
También, en el plan se establece fortalecer la seguridad y protección en el Sistema de Rehabilitación. Ese punto ha sido uno de los más complicados para el Gobierno. El 3 de abril pasado se produjo una nueva masacre en Turi, la cual tuvo como consecuencia 20 fallecidos.
Para enfrentar estos problemas, no se cuenta aún con reformas legales. Eso tiene su origen, sobre todo, en la disputa en la que están inmersos el Ejecutivo y el Legislativo.
Por ejemplo, en la agenda del Gobierno está la Ley de Seguridad, que fue remitida en enero pasado. El uso de la fuerza progresiva pasó el primer debate.
El acercamiento con las bancadas de la Asamblea, ofrecido por el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, aún no se concreta. El Parlamento está enfrascado en disputas internas.
En lo que tiene que ver con Salud, el Gobierno cumplió con su meta de vacunación en contra del covid-19. Sin embargo, hay falta de medicinas en los hospitales públicos.
Otro gremio inconforme es el de los maestros. Lasso emitió un veto completo por inconstitucionalidad a las reformas a la Ley de Educación. Eso implicó que no se equiparen los sueldos de los docentes. Por lo cual, han convocado a una marcha el 28 de abril.
Los obstáculos
El analista político Pedro Donoso dice que uno de los principales problemas es que el proyecto de Lasso perdió identidad. Esto porque al llegar al poder, su accionar en algunos casos fue contrario al planteado en campaña. Por ejemplo, se ofreció no subir impuestos.
Afirma que es una situación grave que debe afrontar con indicadores que muestran una descomposición económico-social, ahondada con factores externos como la pandemia y ahora el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Finalmente, consideró que Lasso no ha sabido administrar las tensiones sociales que se produjeron durante el Gobierno de Lenín Moreno.
Para Simón Pachano, docente de la Flacso, lo que se ve hasta el momento es un escaso cumplimiento de las ofertas de campaña. Por ejemplo, en las leyes económicas y laborales no ha podido avanzar. Esto, según su criterio por la oposición en la Asamblea, pero también por “la lentitud en el Gobierno”.
Consideró, además, que hay una deuda en lo que tiene ver con corrupción. Habla del lapso para la creación de la Unidad Anticorrupción, sobre la cual no ha habido mayores avances. Criticó la salida de Glas, por ejemplo.
Alternativas
Para Pachano, en las actuales circunstancias el Gobierno debería plantearse un plan de corto plazo. Este no debería estar relacionado con los grandes proyectos, sino con temas puntuales y metas específicas. “Eso implica dialogar y buscar acuerdos con determinados sectores, como lo ha hecho con los trabajadores”.
El ministro Francisco Jiménez reconoce logros parciales. Dice que el país viene de una fractura social y política muy fuerte con los dos gobiernos anteriores. Están claros en que hay escenarios como el de la Asamblea, el
cual debe trabajarse.
Fuente: El Comercio