Lisseth, una guayaquileña de 19 años, no paraba de abrazar a sus compañeros. Ella mostraba su título: Bachiller Técnico en Servicios Hoteleros. Su familia muy orgullosa la fotografiaba y repetía que jamás su condición de síndrome de Down le fue impedimento para seguir estudiando y concretar esta meta.
Hoy se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Down. Esta fecha fue designada por las Naciones Unidas desde hace once años para generar mayor conciencia de la valiosa contribución de personas con discapacidad.
Y es así que en Guayaquil más jóvenes con este tipo de discapacidad intelectual pueden ingresar tanto a la educación escolarizada como a instituciones especiales para acompañar su aprendizaje.
Según el Ministerio de Educación, a más de Lisseth, otros 22 jóvenes con síndrome de Down se graduaron de bachilleres en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) en el año lectivo 2021-2022 régimen Costa.
Miriam Yela, madre de Lisseth, comentó que su hija se graduó en la Unidad Educativa Carlos Rafael Mora Peñafiel. Ella recordó que desde los 6 años empezó a estudiar la escuela pese a que muchas personas la veían mal, hacían comentaron negativos sobre la condición de su hija.
“Ha sido un proceso triste, muy duro al inicio porque ahora vemos que hay más empatía en algunas personas, hay más programas. Antes fue muy difícil, hace unos doce años era diferente. Hubo personas que se llenaron de prejuicios por la discapacidad, cuando nos tocaba ir en el bus, la gente decía por gusto la pone a estudiar, no me le querían ni dar el asiento”, recuerda con tristeza la mujer.
Sin embargo, este camino, confiesa, le ha dado tanto a ella como tutora así como a su hija muy buenos momentos que guardan en su corazón. Las primeras notas, el acompañamiento de los maestros con mucha dedicación y paciencia, del personal de la escuela, de los propios compañeros de la clase que le daban ánimos para seguir estudiando.
Agregó que estos dos últimos años fueron muy complejos para la educación especial por la metodología virtual. “Extrañaba mucho a sus compañeros, ella me pedía que la llevara a las clases presenciales, pero yo le explicaba que no se podía por la pandemia”, recordó.
Michelle, de 19 años, es otra de las estudiantes con síndrome de Down que se gradúan en este año lectivo como bachiller técnico en servicios hoteleros. Ella pertenece a los programas de la Dirección de Inclusión del Municipio de Guayaquil, que asiste a muchos niños y jóvenes con discapacidad.
Su directora, Ximena Gilbert, comentó que trabajan con 600 personas con síndrome de Down en programas como terapias de estimulación temprana, de lenguaje, psicológicas, además de clases de pintura, piano, teatro, violín. “Y se los ha incluido en programas como la entrega de tablets para que sigan sus estudios”, explicó ella.
Las madres de los graduados indicaron que ahora se inicia un nuevo reto para ellos, algunos irán a conseguir un cupo para educación de tercer nivel y otros entrarán a postular al campo laboral.
“Es difícil el medio, aún se está poniendo en práctica la equidad, dar oportunidades a las personas con discapacidad, por eso queremos que las autoridades sigan con el acompañamiento tanto para universidad como en los trabajos, que se busque incluir a los jóvenes, porque no sería bueno que con tanto esfuerzo invertido tantos años no puedan seguir creciendo, aprendiendo”, comentó Miriam, madre de Lisseth, durante la graduación de su única hija.
Fuente: El Universo