Víctimas del Holocausto y de las dictaduras de América Latina, así como familiares de genocidas nazis y de criminales latinoamericanos recordaron juntos en Berlín el viernes los 80 años de la “Solución Final” del pueblo judío.
Este encuentro, auspiciado por la Casa de Ana Frank de Argentina, es el primero que reúne a supervivientes del Holocausto y sus descendientes así como familiares de genocidas nazis o de criminales de lesa humanidad latinoamericanos que repudiaron sus actos y víctimas de las dictaduras latinoamericanas.
“En el mismo sitio donde se gestó el genocidio”, en la villa de la localidad alemana de Wannsee (al suroeste de Berlín), los participantes se comprometieron a “redoblar esfuerzos en Educación y Memoria” para que no se vuelvan a repetir las atrocidades de las que fueron, directa o indirectamente, protagonistas, indicó un comunicado del Centro Ana Frank de Argentina.
La víspera, allí “donde se gestaron los hechos más crueles”, en la antigua sede de las SS y de la Gestapo en Berlín, firmaron el Compromiso por la Educación y la Memoria para el “Nunca Más”.
Entre los invitados al encuentro se encontraba Jacqueline Gies, nieta del genocida nazi Robert Gies, que participó en la “masacre de Lídice” (República Checa), donde los nazis mataron a cerca de 340 civiles en 1942.
También viajó al acto Analía Kalinec, hija de un policía de los centros clandestinos de represión durante la dictadura argentina, y miembro de la agrupación Historias Desobedientes, formada por familiares de genocidas que repudian estos actos.
“Construimos el concepto de responsabilidad compartida en la educación de la memoria”, explicó a la AFP Héctor Shalom, representante del Centro Ana Frank en Argentina.
“Históricamente fueron las víctimas quienes sostuvieron la memoria”, explica Shalom, “por eso había que sumar las voces de los familiares de genocidas que los repudian”.
A Berlín viajaron también más de 40 personas (referentes de educación y de organismos de derechos humanos, entre otros) de 15 Estados de Latinoamérica para replicar la idea de “sumar voces” en sus países, según Shalom.
Con la presencia de víctimas y familiares de genocidas de ambos lados del Atlántico, este proyecto de memoria pone de relieve los nexos entre nazismo y dictaduras latinoamericanas.
“Una conexión directa”, según Shalom.
“Porque a América Latina llegaron más de 9.000 nazis” tras la Segunda Guerra Mundial y “ayudaron a construir una cultura represiva entre las fuerzas de seguridad locales”, añade.
Fuente: El Universo