El monto de devolución del IVA es la cura temporal que ofrece el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a la deuda con sus prestadores externos.
Son USD 224 millones que aliviarán las cuentas de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) y parte de lo pendiente con las clínicas privadas. El presidente del Consejo Directivo del IESS, Francisco Cepeda, lanzó la propuesta tras la advertencia de los núcleos de Solca de cortar las nuevas atenciones. El pago se hará desde mayo y depende del desembolso del Ministerio de Economía y Finanzas.
Solca reclama más de USD 100 millones, que se acumulan desde 2001. Por ahora un equipo operativo define el valor exacto, y otro jurídico concreta las cláusulas del acuerdo para, por ejemplo, poder terminar el convenio a futuro en caso de nuevos retrasos.
La institución oncológica ha pedido además no esperar por las auditorías. Para Sixto Cuesta, miembro del Consejo Directivo de Solca, esa es la causa de estos 21 años de cuentas vencidas.
El plazo para auditorías es de 45 días, según la normativa.
Pero el escaso personal del IESS hace que las facturas se acumulen.
“Por eso ahora primero nos pagan, después auditan y si hay alguna diferencia la reconoceremos con cargo a futuros pagos”.
De los USD 30 millones que el Seguro le debe a Solca Guayaquil, apenas 9% fue auditado.
En ese monto está incluida la atención de jubilados, como Vicente Navarro, quien recibe tratamiento desde 2018.
“La medicina no me ha faltado, incluso me aplican unas inyecciones de USD 1 000 -dice-; no tengo ese dinero, pero para eso aporté por 35 años”.
Advertencia por no pagos
Desde 2009, el saldo del IESS con la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados el Ecuador (Achpe) suma USD 265 millones.
Su directora ejecutiva, Ana Delgado, explica que la elevada cifra es una traba para mantener la atención de alta complejidad.
Las clínicas privadas realizan neurocirugías, intervenciones cardíacas y traumatológicas, incluso trasplantes que el Seguro no cubre del todo, por falta de fármacos y por otras carencias.
“Pero si los proveedores no entregan insumos -porque les deben- no se puede seguir atendiendo”.
Achpe agrupa a 66 clínicas, hospitales y centros de diálisis.
Una delegación se reunirá la próxima semana con autoridades del Seguro para definir los pagos y pedir que aumenten los auditores.
La Junta de Beneficencia de Guayaquil también pide encontrar una vía rápida para que el IESS le cancele los USD 79,2 millones que se han acumulado en 10 años.
Y la cuenta con la Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia, que regenta el Hospital León Becerra de Guayaquil, es de USD 1,5 millones.
Su presidente, Ricardo Koenig dice que ese saldo rojo les representa problemas con los proveedores, sueldos represados y multas por mora patronal.
“Es el Estado el que da la salud gratuita, pero en este momento las instituciones sin fines de lucro estamos financiando al Estado y al IESS”. Por eso propone cambiar el modelo por pagos anticipados que se liquiden a medida que den atención. Las cuentas del Ministerio de Salud Pública (MSP) son menores. Los prestadores lo reconocen, aunque coinciden en un problema de fondo. “El MSP no maneja su presupuesto, lo hace Finanzas -explica la directora ejecutiva de Achpe-. Si ellos no dan los fondos, no recibimos los pagos”.
Otras cuentas pendientes
La asociación recibió un abono de USD 31 millones en este año y el saldo es de USD 114 millones.
Ese monto se suma a otras cuentas en espera: USD 70,8 millones con la Junta de Beneficencia, USD 10 millones con Solca Guayaquil y USD 483 000 con el León Becerra.
La deuda “heredada”, como dice el MSP, era de USD 570 millones. El 69% ya fue cancelado, según indican, y para este año han presupuestado USD 541 millones para antiguos y nuevos pagos a prestadores, monto que debe ser aprobado por Finanzas.
Para presionar por los pagos, un grupo de 85 centros de hemodiálisis hizo al menos 60 plantones. Teresa Ortiz reclamó en las calles por la deuda que llegó a los USD 250 millones. Lo hizo por su hija Patricia, que cada día asiste a cuatro sesiones de diálisis peritoneal. “El centro al que fue derivada ya no tenía medicinas y tuvimos que comprarlas -recuerda-; sufrimos mucho”. A fines del año anterior el MSP pagó el valor pendiente de 2020 y toda la cuenta de 2021.
Fuente: El Comercio