Actividades cotidianas como ir al trabajo o al gimnasio aún le dan miedo a Estefanía Salas. No teme contagiarse de COVID-19, sino que la enfermedad le alcance a su hija de 3 años. “Me preocupa que no tiene con qué pelear contra el virus. Tengo miedo de que ella caiga”, confiesa.
La vacunación para niños de 3 y 4 años arrancó el martes pasado en Quito, Loja, Machala y Zamora, y el próximo 21 de febrero se extenderá a todo el país. Esta nueva fase de la vacunación ha generado algunas dudas a los padres. ¿Por qué debo vacunar a mi hijo?, ¿qué vacuna se va a administrar? o ¿cómo tratar los efectos secundarios de la vacunación? son algunas de las inquietudes.
¿Por qué debo vacunar a mi hijo?
Las estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MSP) muestran que trece menores de 5 años han fallecido por COVID-19 en Ecuador, desde mediados de diciembre, cuando se inició la ola de contagios provocada por la variante ómicron.
El presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatría, Fernando Aguinaga, explica que vacunar a los niños de esa edad trae beneficios personales y colectivos. El beneficio para el niño es que su sistema inmune va a estar más alerta y listo en caso de contagiarse y, por otro lado, mientras más personas se vacunen, el riesgo de que circulen nuevas variantes será menor.
Además, la infectóloga y pediatra Carola Cedillo alerta que “los niños no están exentos de complicaciones y secuelas a causa del COVID-19″. A más de los problemas respiratorios muy conocidos, hay reportes de afecciones cardiacas, síntomas de diabetes, desarrollo del síndrome inflamatorio multisistémico y disfunciones cognitivas, apunta la especialista. Por ello, enfatiza, es necesario vacunarlos.
¿Qué vacuna le van a poner a mi hijo?
El MSP informó que la vacuna que se va a administrar a esta población es la de la farmacéutica china Sinovac, pues es la autorizada para este rango de edad.
Esta vacuna funciona con la tecnología de virus inactivado. Esto, explica Cedillo, significa que al mismo virus del SARS-CoV-2 se le han hecho modificaciones para desactivarlo.
Lo que se logra con esto es que la vacuna proporcione las proteínas y componentes necesarios para que la persona responda con anticuerpos, sin que el virus se replique ni provoque la enfermedad como tal.
Esta es la misma tecnología de vacunas muy usadas como la de la influenza, la varicela y la hepatitis A, indica Aguinaga.
Bajo esta premisa, Aguinaga sostiene que “eso hace que la vacuna sea bastante segura y eficaz y nos da la confianza de que para estos grupos de edad la vacuna de esta tecnología ha sido tratada previamente en muchos niños”.
¿Por qué no otra vacuna?
Cedillo explica que la decisión de cada país sobre qué vacuna poner tiene que ver con las vacunas a las que tiene acceso y posibilidad de conseguir.
La especialista señala que vacunas como Pfizer, con tecnología ARN mensajera (ARNm), tienen dosis diferentes para la población infantil y, por ende, se necesita abastecimiento de dosis pediátricas específicamente.
En cambio, las vacunas de virus inactivados, como Sinovac, tienen las mismas dosis tanto para niños a partir de los 3 años como para adultos (0,5 ml). Por esta razón, logísticamente es más conveniente usar Sinovac.
Cedillo subraya que varios comités de inmunización de otros países consideran que la tecnología nueva de Pfizer (ARNm) ha demostrado ser segura; sin embargo, otros evaluadores han optado por la tecnología de virus inactivados por considerarla la más conocida en la población infantil desde hace décadas.
¿Qué efectos secundarios puede presentar mi hijo?
Tras la vacunación, el niño puede presentar fiebre, dolor y enrojecimiento en la zona en la que se aplicó la vacuna, y malestar gastrointestinal. Estos figuran entre los efectos que podría producir la administración de esta dosis en los niños y son considerados normales, apunta Aguinaga.
Estos son síntomas que ya se han visto en los niños mayores de 5 años que han sido vacunados, comenta Aguinaga y enfatiza en que no se han observado efectos adversos importantes en esta población.
¿Cómo tratar el malestar por la vacunación?
Cedillo recomienda que antes de la vacunación no se debe medicar al paciente. “Esto es innecesario y podría resultar contraproducente porque no dejamos que el organismo produzca la reacción que debería generarse”, afirma.
De acuerdo con la especialista, las molestias que experimenta el niño después de la vacunación son el mecanismo de respuesta del cuerpo y producción de defensas contra el virus.
La doctora recomienda que si el niño presenta una temperatura mayor a 38 grados centígrados, se administre un medicamento para bajar la fiebre en las dosis indicadas por un médico. También sugiere la aplicación de hielo para el malestar en el brazo por el pinchazo.
Aguinaga aconseja que, ante la presencia de malestar, se administre un analgésico como paracetamol. La cantidad y la frecuencia con que se debe dar este medicamento tienen que ser definidas por un médico, pues la dosificación varía según el peso del paciente.
¿Puedo vacunar a mi hijo si tengo sospechas de que está contagiado con COVID-19?
Los lineamientos del MSP indican que ningún niño podrá acceder a la dosis si ha presentado fiebre en las últimas 72 horas. Además, si el niño tiene síntomas respiratorios o gastrointestinales, primero debe ser valorado para descartar que se encuentre cursando por un cuadro de COVID-19.
El MSP también indica que si un niño confirmó el contagio y tuvo síntomas, debe finalizar el aislamiento de diez días antes de recibir la vacuna. En cambio, si fue asintomático, ese aislamiento se reduce a siete días.
¿Dónde y desde cuándo puedo vacunar a mi hijo?
La vacunación a niños de 3 y 4 años ya se inició en Quito, Loja, Machala y Zamora, y se extenderá a todo el país a partir del 21 de febrero, informó el MSP.
Por el momento, en esas cuatro ciudades se están aplicando las dosis en las unidades educativas públicas, dando prioridad a los niños escolarizados. Y desde el 21 de febrero, la vacunación a los niños se llevará a cabo en los centros de salud de todo el país.
¿Qué requisitos debo presentar para la vacunación?
Los padres, madres y representantes legales deben presentar un consentimiento informado para que los niños accedan a la vacuna. Puede descargar el documento en el siguiente enlace:
En este documento, el MSP informa sobre las reacciones de la vacuna que son muy comunes, frecuentes, poco frecuentes y raras. Cedillo subraya que hay datos fuertes que corroboran la seguridad de las vacunas y que es importante que los padres de familia tomen la decisión de manera informada.
Fuente: El Universo